jueves, 14 de marzo de 2013

Análisis

Tras elaborar la entrevista a Manuel Fernández Navas nos toca a nosotras reflexionar sobre lo cuestionado y sobre todo, hemos de llegar al fondo de una cuestión, ¿qué escuela queremos para la sociedad en la que vivimos?


Comenzaremos analizando las respuestas de Manuel para, posteriormente, dar paso a una reflexión individual que dé como producto final el veredicto a nuestra incógnita.

Ante la primera pregunta planteada:

¿Piensa que los padres han dimitido progresivamente en la labor escolar de sus hijos, depositando la plena carga educativa en la escuela? consideramos que verdaderamente, esta pregunta es muy difícil de contestar, por no decir imposible como comenta Manuel, pues como bien dice el refrán “cada casa es un mundo”. A pesar de que sea difícil responder, sí creemos que padres depositan este gran peso educativo en las nuevas tecnologías. Este hecho puede ser incluso peligroso, pues cada vez es más frecuente el uso de la alta tecnología a edades más tempranas lo cual puede tener sus consecuencias.

Otro punto de vista sobre esta cuestión es el tema de la colaboración de los adultos en las tareas de sus hijos. Este tema nos ha parecido muy interesante por su relevancia con la pregunta. Partiendo de la premisa de que consideramos que los deberes hacen honor a eso de “la letra con sangre entra”, es decir, métodos basados en la repetición como modo de aprendizaje, pensamos que deberían preocuparse más por lo que enseñan, como lo enseñan y qué aprenden los niños, que en tener esa fijación con los deberes. Hemos de decir que los deberes ya se han convertido en una tarea conjunta entre adulto y niño,  o Internet y niño, en el que en ambos casos el niño es el que menos hace y aprende. Bueno, sí, aprenden que existen otras fuentes que hacen las labores escolares por él. ¿Qué mérito y proceso de aprendizaje proporciona buscar algo y copiarlo de internet sin entender lo que escribes? ¿Qué aprendes cuando tus padres hacen tus manualidades para que saques un 10? ¿Qué sentido tiene mandar deberes que los niños no entienden y precisan de otra persona para hacerlos?
 

De ser así, ¿Considera necesario primero reforzar la base de la educación llevada a cabo por los padres y no centrarse exclusivamente en la formación del profesorado?


En cuanto a esta pregunta, Manuel la interpretó más desde el sentido de las relaciones entre escuela y padres, y coincidimos con él en que ambas deben trabajar en unísono para que la escuela prospere. Esto no es posible hoy en día pues no se dan las facilidades necesarias para que los padres puedan implicarse como quisieran con la escuela y viceversa. Como bien dice Manuel, hasta se ponen  tutorías en horario de trabajo. Por ello, en el resumen de la entrevista enlazamos este tema con un reportaje sobre la escuela en Finlandia, y una cosa está más claro que el agua, que su sistema educativo da mil vueltas al nuestro. Una de las principales razones de esto, es que de lo que verdaderamente se preocupan en Finlandia, es de la educación que proporcionan y no de política.


¿Considera las reválidas un buen método de evaluación? ¿Qué métodos de evaluación podrían impartirse para no fomentar la clasificación, exclusión y segregación del alumnado?


Manuel no pudo ser más claro ante la primera pregunta, y nosotras también consideramos que las reválidas no son ni por asomo un buen método de evaluación pues violan uno de los objetivos fundamentales de la escuela, satisfacer las necesidades individuales. Al hacer un examen no se tiene en cuenta el ritmo al que trabaja cada uno, la mayor o menor facilidad de expresión, etc. Al decir Manuel que “el aprendizaje no se puede medir” nos preguntamos qué pretenden lograr con las reválidas entonces. La respuesta la encontramos en la segunda pregunta, exclusión, lo cual fomenta el elitismo entre las escuelas. Personas sumisas y obedientes a las que poder manipular a su antojo, que sirvan para ser integrados en los puestos de trabajo vacantes. “Van en función de unos parámetros muy interesados, que no tienen que ver con el aprendizaje real en la escuela”


Pienso que esta tabla muestra con exactitud la realidad evaluadora de la escuela. (Miguel Ángel (1997) La luz del prisma para comprender las organizaciones educativas. Málaga, Aljibe.)
IMPORTANCIA EDUCATIVA
TAREAS INTELECTUALES
PRESENCIA EVALUADORA
Memorización
Algoritmo
Comprensión
Análisis
Comparación
Crítica
Opinión
Creación


También nos llevó a preguntarnos si tan difícil es hacer que la educación mejore. Pero qué pregunta más tonta. Como bien dijo Manuel, la investigación “implica mucho más gasto de dinero que hacer un examen para todos los españoles y españolas.” Es decir, que básicamente la educación no mejora porque no interesa a ciertas personas. Di que sí, mirando por el bien común. Tristemente esta es la realidad en la que vivimos. Un gran error al que nos enfrentamos y desde nuestro punto de vista un gran obstáculo que superar, algo que cambiar y de lo que podemos aprender una gran lección.


¿Considera la coetaneidad, la no diversidad sociocultural y el extenso horario escolar un hándicap para la educación?


Debemos reconocer que nos cuesta mucho imaginar una escuela en la que no exista ninguna de las tres cosas mencionadas en la pregunta, pues que es a lo que estamos acostumbrados y nunca nos hemos planteado que pudiese ser de otra manera.


Manuel sostiene que las primeras dos si son lastres para la educación, pues bajo ningún concepto deberían existir escuelas en las que no hubiese diversidad. La diversidad enriquece con lo que estamos totalmente de acuerdo. Sin embargo, es esa misma diversidad la que ahuyenta a muchos padres de mandar a sus hijos a escuelas a los que asiste “chusma” por llamarla coloquialmente de alguna manera. Creemos que esto se debe a un gran problema, los entornos socioculturales, pues los niños no parten del mismo nivel educativo en cuanto al entorno se refiere. Niños cuyos padres tienen altos o medianos niveles de poder adquisitivo poseen muchos medios para alcanzar información, sin embargo, los menos favorecidos como bien dice Miguel Sola: “no son menos aptos, pero su capacidad de acceso a la cultura y, sobre todo, los intereses académicos e intelectuales de sus entornos, no son precisamente estímulos para prosperar en "un sistema educativo que no esté sinceramente interesado en, y dispuesto a, compensar sus dificultades de origen.” Lo que más gracia nos hace, es que se derroche tanto dinero en cosas como gastar 152.000 euros en publicidad para el día de Andalucía, mientras muchas personas están al borde del abismo. Así va el país.


En cuanto al horario escolar, partiendo de que España es uno de los países en los que más horas se pasa en la escuela y mayor fracaso escolar hay, salta a la vista que tenemos un gran problema. Los niños sólo serán niños por un breve periodo, y solo una vez en la vida. Partiendo de aquí, hemos concluido que el problema no reside en el horario, sino en la efectividad de la educación. Se debería encontrar la manera de aprovechar al máximo el horario escolar, potenciando una educación eficaz en la que el niño realmente aprenda y sobre todo se divierta como niño que es. Eso sí, no se debería mandar la bárbara cantidad de deberes que mandan hoy en día.


Nuestro grupo está a favor de la coetaneidad pues no la ve como algo malo, de hecho, agrupar a personas de la misma edad tiene sus ventajas, pues todos tienen más o menos el mismo nivel de desarrollo y conocimientos, además de que personas de la misma edad suelen tener más cosas en común. Eso sí, pensamos que se ha de fomentar más la interacción entre individuos de diferentes cursos puesto que esto produce un enriquecimiento de conocimiento mutuo.¿Cómo si no se podría agrupar a los niños, por inteligencia? Eso supondría una mayor segregación que el método existente, y a nuestro parecer, una injusticia, porque estaría formando dos claros grupos, los inteligentes (la élite) y los tontos (la masa.)

2 comentarios:

  1. Me parece muy bien que estéis a favor de la coetaneidad, pero tendréis que ofrecer argumentos más serios, porque eso de que los niños de la misma edad tienen el mismo nivel de desarrollo y conocimientos no se sostiene a poco que lo razonéis. Ni siquiera vale que añadáis el "más o menos". Pensadlo. Esa es la excusa que sirve para agrupar al alumnado por edad, pero ... ¿recordáis alguna de vuestras clases de primero, segundo, tercero... ? ¿No había claras diferencias de desarrollo y de conocimientos entre bastantes de los integrantes de la clase? Incluso hoy, ya en la universidad, ¿todos los de primero tenéis el mismo nivel de desarrollo? ¿Y de conocimientos? ¿Los que tiene un año más son más maduros? ¿saben más? Me temo que no es por ahí por donde van las evidencias.

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  2. Sabíamos desde antes de ponerlo que este concepto iba a traernos problemas jaja. No sabemos muy bien expresar lo que pensamos al respecto, creo que esto puede deberse a que no tenemos muy claro la definición de la coetaneidad en la escuela y claro, nosotras nos conformamos con la escusa de la edad para distribuir a los niños en clases porque es lo que hemos visto siempre, y personalmente, nosotras nunca hemos encontrado un problema en ello, pensamos que hay cuestiones más importantes que resolver antes que esta. Y al fin y al cabo, siguiendo este sistema, si algún niño de la misma edad presenta unos conocimientos o un desarrollo inferior a los demás siempre puede tener un tutor que lo ayude y si está mentalmente superior a los demás se le puede subir un curso sin problema.

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